Envíame tu luz y tu verdad
Salmo 43, 3
Envíame tu luz y tu verdad:
que ellas me enseñen el
camino que lleva a tu santo monte,
al lugar donde Tú vives.
Todo el itinerario de Madre Eduviges, ha sido un camino duro, difícil, lleno de incomprensiones y malos entendidos, y además tenía que convivir diariamente con los que tienen el camino oscuro “los hijos de su corazón” Fue juzgada injustamente “sólo de rodillas pude soportar escuchar la lectura de las cartas venidas de Marsella, pues me parecía que en esta postura Dios me daba las fuerzas necesarias para resistir a una pena tan grande”
Caminos de soledad, de regresión
En la vida síquica de nuestros hermanos ciegos hay continuos baches de regresión, hay regresión cuando cambian de vivienda, cuando cambia el ámbito familiar, ellos tienen que ejercitar mucho la memoria y guardar paso a paso el camino recorrido. Pareciera que el destino hubiera identificado tanto a Madre Eduviges con sus hijos invidentes, que a ella también le tocó vivir “la regresión” en su itinerario, tuvo que regresar a cero, a nada, una y otra vez, despojada de todo lo que le costó tanto esfuerzo: cambio de casas, cierre de obras, obligada a dejar totalmente el Instituto de ciegos, desterrada.
Tu luz Señor la acompañaba por más oscuro que pareciera el porvenir y le enseñó el camino que conduce a tu monte santo, camino de dolor porque es el dolor que redime, que enseña, el camino que lleva al cielo. Por eso sus hijas la reconocemos como mujer portadora de luz
La luz en su esplendor
A las tres de la tarde del día 7 de abril de 1869, Jesús Sacramentado que está en el Sagrario responde a los ruegos de Madre Eduviges. Así como ella tocaba las puertas del corazón de Dios, en ese momento Dios llama a las puertas del suyo… la buscan, han ido a verla allí en su destierro, en su humillación, la esperan, por encargo de Monseñor l’Abbé de Pons, los integrantes del comité de la administración del Instituto de ciegos, la reclaman, debe volver a su Instituto de donde la habían sacado, “muéstrame Señor tu luz y tu verdad que ellos me guíen al lugar donde tu vives” donde están tus hijos Señor, los más desposeídos y olvidados de la fortuna.
Madre Eduviges regresa, la luz de la esperanza no se apagó en su corazón, la luz de la esperanza es ahora LUZ de gozosa realidad!